Aunque hasta ahora se pensaba que los neandertales eran carnívoros, un nuevo estudio publicado en la revista Naturwissenschaften ‐ The Science of Nature revela que la especie tenía una dieta mucho más variada de lo que se sospechaba. Los neandertales comían plantas medicinales y, además, conocían las propiedades curativas de las mismas, según ha revelado el trabajo que se ha llevado a cabo a partir de restos de la cueva de El Sidrón (Asturias). Los investigadores, entre los que se encuentran científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), realizaron análisis moleculares de sarro dental de cinco neandertales hallados en la cueva y encontraron que los individuos habían ingerido dos tipos de plantas medicinales: aquilea y camomila. ¿Casualidad? No lo parece. Una investigación previa demostró que los neandertales eran capaces de reconocer el sabor amargo. "El hecho de tomar este tipo de plantas con escaso valor nutritivo es sorprendente. Nosotros sabemos que los neandertales las encontrarían amargas, así que probablemente las debieron seleccionar por razones que van más allá de su sabor", ha explicado Stephen Buckley, de la Universidad de York (Reino Unido). Los científicos han combinado técnicas de espectrometría de masas y de deserción térmica con análisis morfológicos de microfósiles de plantas para el análisis de las muestras. La investigación indica que los gránulos de almidón hallados en El Sidrón son los más antiguos confirmados hasta ahora mediante test bioquímicos, con unos 43.000 años de edad. "La variedad de plantas que hemos identificado sugiere que los individuos neandertales que vivieron en El Sidrón tenían un conocimiento sofisticado de su entorno natural, que incluía la habilidad para seleccionar y usar ciertas plantas por su valor nutricional y curativo", ha explicado Karen Hardy, una de las autoras. "La carne era claramente primordial, pero nuestra investigación pone de manifiesto una alimentación bastante más compleja que la que creíamos hasta ahora que tenían". Los científicos han identificado también restos antiguos de bacterias que consideran que pueden aportar luz en futuros estudios sobre la salud dental de los neandertales.