Olvidarse de las cosas es un suceso tan habitual como recordarlas, sin embargo se sabe muy poco sobre lo que sucede en nuestro cerebro cuando perdemos la memoria. Ahora, un estudio publicado en la revista Neuron ha descrito el proceso de señales moleculares que tienen lugar en las neuronas para regular la adquisición y la pérdida de recuerdos en insectos, y que podría extrapolarse al funcionamiento en humanos.
"Hasta ahora se pensaba que el olvido se producía de forma pasiva", ha explicado Ron Davis, del centro de investigación científica Scripps (California, EEUU), autor del estudio. "Sin embargo, nuestros resultados muestran que es un proceso activo que está regulado", añade.
Según el estudio, existen dos receptores de dopamina en unas neuronas específicas localizadas en los llamados `mushroom bodies´, unos paquetes muy densos de neuronas que se relacionan con el aprendizaje y la memoria en los insectos. Uno de los receptores, el dDA1, es el responsable de la obtención de los recuerdos, mientras que el otro, llamado DAMB, produce el olvido de los conocimientos recientemente adquiridos.