Gracias a la investigación espacial hoy conocemos la existencia de planetas externos a nuestro Sistema Solar, comprendemos algo más sobre los procesos de formación de estrellas e incluso sobre el origen mismo del Universo. Pero el trabajo que realizan los científicos fuera de nuestra atmósfera también sirve para obtener adelantos más mundanos pero, seguramente, irresistibles para muchas personas. Y es que la Agencia Espacial Europea (ESA) está desarrollando una serie de experimentos en condiciones de microgravedad que permitirán mejorar la calidad y textura de muchos postres. En concreto, los investigadores están estudiando las espumas que se encuentran en muchos tipos de alimentos y bebidas como los merengues y el café. Estas espumas no son todas iguales. Por ejemplo, el mousse de chocolate debe mantener su estructura durante el trayecto entre el refrigerador del supermercado y el de la cocina del consumidor pero, sin embargo, la espuma de la cerveza debería desaparecer unos minutos después de ser servida. Crear la espuma perfecta es complicado, y además la fuerza de la gravedad actúa muchas veces destruyendo las burbujas. Por eso, es mucho más sencillo estudiarlas en ambientes con gravedad cercana a cero, y la Estación Espacial Internacional ofrece un escenario perfecto para ello. Previamente, los expertos también aprovecharon los vuelos parabólicos que realiza la ESA para estudiar las proteínas de la leche en situación de ingravidez. "La mitad de los productos que tenemos en el frigorífico se basan en espumas y emulsiones. Si somos capaces de crear espumas más estables podremos crear alimentos de mejor calidad y con menos contenido en aditivos", ha explicado uno de los representantes de la ESA