La polución atmosférica hace que las tormentas de verano sean más intensas de lo normal, según un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters. Según los autores, el calor atrapado por nubes cargadas de partículas contaminantes podría estar afectando al clima global.
Las nubes de tormenta, también llamadas nubes de convección profunda, reflejan gran parte de la energía del sol de vuelta al espacio, atrapan el calor que emerge de la superficie terrestre y devuelven a la superficie el agua que se evapora en forma de lluvia. Lo que revela el nuevo estudio es que cuando el número de pequeñas partículas contaminantes del aire aumenta, también aumenta el tamaño de las nubes de tormenta, ya que las partículas separan las gotas de agua, que se hacen más pequeñas y tardan más en alcanzar el volumen suficiente para que comience a llover. De este modo, las densas nubes formadas en aire contaminado aumentan más el calor durante el día que las que se forman en aire limpio, y también provocan un ascenso de las temperaturas durante la noche.