Los problemas relacionados con la seguridad de la información, datos personales y demás no son exclusivos de nuestros días. En épocas donde la tecnología digital ni siquiera podía imaginarse también había quien se encontraba con el problema de querer proteger documentos varios de forma que nadie más que el destinatario pudiera leerlos.
Los ‘hackers’ de entonces lo tenían relativamente fácil, les bastaba con abrir un sobre, leer el contenido y volver a cerrarlo, y fue en ese momento cuando alguien inventó el sello de cera o cuño. Ya sabes, derramas algo de cera derretida justo donde el sobre se cierra y a continuación le estampas un sello personal que, en aquellos tiempos, nadie podía replicar fácilmente.
Este método clásico es recuperado por topsecretusb con un modelo de memoria USB fabricado en cerámica que incluye un sello al estilo clásico. Obviamente, si tienes archivos realmente importantes es recomendable seguir utilizando métodos de encriptación y demás, pero con este curioso método te enteras si alguien que no debe ha estado curioseando en el pendrive.
